No hablar demasiado.
- Sandra Tabares
- 1 mar 2015
- 1 Min. de lectura
No hablar demasiado
1. Siempre que puedas evita meterte en las charlas inútiles de la gente, porque las charlas de temas mundanos hacen mucho mal, aunque se tengan sin mala voluntad. Lo mundano nos mancha fácilmente y nos desvía del buen camino.
Cuántas veces, habría sido mejor no hablar participando de charlas mundanas.
"Os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, darán cuenta el día del juicio" (S.Mateo 12,36)
(Palabra ociosa es la que no hace bien, ni al que la dice ni al que la escucha. S. Jerónimo).
¿Pero por qué nos gusta tanto dedicarnos a charlas ociosas siendo que después de cada una de estas conversaciones casi nunca volvemos al silencio sin daño de la conciencia?
Nos gusta mucho hablar porque deseamos consolarnos mutuamente y dar descanso a nuestro corazón, cansado de pensar tantas cosas.
Hablamos con mucha gana de lo que hablamos o deseamos, y de lo que imaginamos que va contra nosotros.
Tomado de: La Imitación de Cristo (Tomas de Kempis)
Kommentare